Raquel, ingeniera en metalurgia, llega cada mañana al CIFP Juan de Herrera con una energía contagiosa. Su aula taller, un espacio donde el metal cobra vida, se convierte en un escenario de aprendizaje y empoderamiento para sus alumnas. Con una vasta experiencia a sus espaldas, Raquel sabe que el camino de una mujer en la ingeniería no siempre es fácil. «Al principio, tuve que demostrar mi valía», recuerda, «pero nunca dejé que los prejuicios me detuvieran».
Su capacidad de gestión, adquirida a lo largo de años de trabajo en proyectos complejos, se refleja en la organización meticulosa de sus clases. Cada proyecto práctico es una simulación de la realidad, donde las alumnas aprenden a planificar, ejecutar y solucionar problemas con precisión. Raquel no solo les enseña a planificar, organizar y construir estructuras metálicas, sino también a trabajar en equipo, a comunicarse eficazmente y a priorizar la seguridad.
«La ingeniería y las construcciones metálicas son un campo apasionante», afirma Raquel, «y todos las mujeres tienen el potencial de transformarlo». Su dedicación va más allá de la enseñanza técnica; se preocupa por fomentar la confianza y la autoestima de sus alumnas, animándolas a perseguir sus sueños sin límites.
En el CIFP Juan de Herrera, Raquel se ha convertido en un referente. Su experiencia y su pasión inspiran a las alumnas a desafiar los estereotipos y a construir un futuro donde la igualdad sea una realidad. Su labor contribuye a que el centro sea un lugar donde se impulsan proyectos de innovación, en el que se incluye el aprendizaje de máquinas de mecanizado avanzado con metodología STEAM, aplicado con la integración de la realidad aumentada.
Raquel sabe que su trabajo es fundamental para formar a las líderes del mañana, mujeres capaces de construir puentes, edificios y un mundo más equitativo. Su legado en el CIFP Juan de Herrera trasciende las estructuras metálicas, dejando una huella imborrable en la vida de sus alumnas.