Rocío, profesora de Mantenimiento y Fabricación mecánica, es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden superar cualquier obstáculo. Su llegada a la docencia en un campo tradicionalmente masculino fue fortuita, pero su impacto ha sido profundo.
De la industria a la enseñanza: un camino inesperado
«El motivo por el que me dedico a la docencia en un ciclo formativo tradicionalmente masculino no fue algo planeado, sino más bien una casualidad. Cuando me quedé embarazada, tuve que dejar mi trabajo y, al intentar volver al mundo laboral, encontré en la enseñanza una oportunidad para seguir conectada con la ingeniería sin tener que empezar desde cero en otro campo. No fue una decisión meditada durante años, pero con el tiempo me di cuenta de que era un camino que me permitía crecer profesionalmente», explica Rocío.
Superando el escepticismo: una lucha constante
Sin embargo, su camino no ha estado exento de desafíos. «Si he encontrado limitaciones, debo demostrar constantemente mi valía para ser tomadas en serio, enfrentando actitudes de escepticismo», afirma.
Seguridad y aprendizaje continuo: claves del éxito
Rocío destaca la importancia de la seguridad y el aprendizaje continuo en el sector del metal. «Trabajar en el sector del metal significa estar en contacto con maquinaria pesada y materiales que pueden ser peligrosos si no se manejan bien. Por eso, es muy importante conocer las normas de seguridad y seguirlas al pie de la letra, no solo para protegerte a ti misma, sino también a tus compañeros. Además, este es un sector en constante evolución, así que estar abierta a aprender cosas nuevas, como el uso de herramientas modernas o programas de diseño (como CAD), puede marcar la diferencia. Cuanto más te formes, más oportunidades tendrás para crecer y asumir nuevas responsabilidades. No se trata de saberlo todo desde el principio, sino de tener ganas de aprender y mejorar cada día», explica.
Habilidades y destrezas: más allá de la fuerza física
Rocío subraya que el trabajo en la industria metalúrgica no se basa únicamente en la fuerza física. «El trabajo en la industria metalúrgica no es solo cuestión de fuerza física, sino también de destreza, capacidad de análisis y conocimientos técnicos. Las habilidades en soldadura, mecanizado, calderería o fabricación mecánica requieren precisión, inteligencia y formación, y en estos aspectos no hay diferencias entre hombres y mujeres», asegura.
Rompiendo prejuicios: un trabajo de todos
Su objetivo es claro: «Eliminar prejuicios y demostrar que la industria no tiene género. El trabajo en este sector no se basa solo en la fuerza física, sino en la destreza, la técnica y el conocimiento, cosas en las que cualquier persona, independientemente de su género, puede destacar. Si te interesa este campo, no dejes que los prejuicios te detengan. Si alguna vez dudas de si este camino es para ti, recuerda que el mundo necesita muchas maneras de pensar y muchas formas de ver las cosas».
Diversidad en STEAM: un espacio para todos
Rocío también reflexiona sobre la importancia de la diversidad en STEAM. «A veces, hablar de diversidad en STEAM puede parecer un concepto muy grande o lejano, pero en realidad, se trata de algo mucho más simple: que todas las personas tengan la oportunidad de hacer lo que les apasiona sin sentirse fuera de lugar. No siempre es fácil ser parte de un espacio donde no hay muchas personas como tú, pero eso no significa que no pertenezcas ahí. A veces, solo estar ahí, hacer bien tu trabajo y seguir adelante ya es una forma de demostrar que las cosas pueden ser diferentes. La diversidad en STEAM es importante porque nos permite a todos sentirnos más cómodos y bienvenidos, sabiendo que nuestras ideas y habilidades también tienen valor», explica.
Un trabajo sin etiquetas: más allá de los roles de género
Finalmente, Rocío expresa su deseo de que su trabajo se valore por su mérito, sin tener que cargar con el peso de representar a un grupo. «Simplemente quiero hacer mi trabajo sin tener que pensar si estoy abriendo camino para otras mujeres. A veces, hay una presión implícita: si fallas, pueden verlo como una confirmación de que ‘este trabajo no es para mujeres’; si tienes éxito, te conviertes en un ejemplo para otras sin haberlo buscado. Esta carga extra puede resultar agotadora porque, en lugar de poder concentrarte solo en tu labor, también tienes que lidiar con juicios externos, con demostrar constantemente tu valía y con la sensación de estar representando a todo un grupo, cuando en realidad solo quieres hacer tu trabajo lo mejor que sabes», concluye.
Rocío es un ejemplo de cómo la pasión, la dedicación y la perseverancia pueden abrir puertas en cualquier campo, independientemente del género. Su historia inspira a otras mujeres a seguir sus sueños y a desafiar los estereotipos.