María Jesús no es una estudiante de soldadura cualquiera. Su pasión por el metal y la soldadura es palpable, y su determinación por triunfar en un campo tradicionalmente masculino es inquebrantable. Con una personalidad arrolladora y las ideas claras, está decidida a dejar su huella en el mundo del metal.
Desde pequeña, María Jesús sintió una fuerte atracción por el metal, creciendo en un taller de maquinaria agrícola donde ayudaba a su padre arreglando tractores y maquinaria. Esta experiencia la llevó a descubrir su pasión por la soldadura, un oficio que le permite solucionar problemas de manera ingeniosa y controlar el metal para darle forma. «Esa sensación de poder controlar el metal y darle forma es adictiva», explica con entusiasmo.
Sin embargo, su camino no ha estado exento de desafíos. Como mujer en un campo tradicionalmente dominado por hombres, ha enfrentado escepticismo y dudas sobre su capacidad. «Hay quienes dudan de mi capacidad y me miran con escepticismo. Y otros que valoran la supuesta ‘valentía’ al meterme en este mundo de cabeza. Pero esos comentarios solo me motivan más», afirma con seguridad. María Jesús está decidida a demostrar que las mujeres pueden ser excelentes soldadoras, tan buenas o mejores que los hombres, destacando que lo que realmente importa es la habilidad y la pasión, no el género.
Para destacar en la soldadura, María Jesús considera que la pasión es fundamental, junto con la precisión, la paciencia y la práctica. «La soldadura requiere concentración y habilidad manual. Y sobre todo, no tener miedo a ensuciarte las manos y enfrentarte a los retos», señala con convicción.
Su mensaje para otras chicas interesadas en la soldadura es claro y contundente: «Les diría que no se dejen intimidar por los estereotipos. Si les apasiona el metal, que sigan su instinto y se lancen a por ello. Este mundo necesita mujeres fuertes y decididas que aporten su talento y su visión. Que nunca nadie os diga que no podéis ejercer trabajos ‘duros’ porque lo único que necesitas es inteligencia y habilidad. No permitan que nadie les diga que no pueden hacerlo».
En el futuro, María Jesús se visualiza trabajando como mecánica y soldadora en su pueblo, en su propio taller mecánico, donde podrá seguir solucionando problemas y arreglando maquinaria.
Sobre la diversidad en la industria de la soldadura, María Jesús opina que es crucial. «Cada persona aporta su perspectiva única y su forma de trabajar, lo que enriquece el resultado final. Además, necesitamos romper con la imagen de que la soldadura es un trabajo exclusivo para hombres. Cuanto más diverso sea el equipo, más creativas y eficientes serán las soluciones», concluye.
María Jesús es un ejemplo inspirador de cómo la pasión, la determinación y la confianza en uno mismo pueden abrir puertas en cualquier ámbito. Su historia anima a otras mujeres a perseguir sus sueños y a desafiar los estereotipos, demostrando que el talento no tiene género.